Thais Villas visita un colegio para saber cómo viven sus alumnos y alumnas tener hermanos. Hugo es trillizo y esta condición, en alguna ocasión, le ha provocado la tentación de hacer trampas, por ejemplo, en exámenes. "Mi hermano David dice que nos cambiemos las gafas y la ropa, así él en vez de suspender saca un MB- o un MB", le cuenta. Su compañera, Emma, opina que es una buena idea.

Sobre ser hijos únicos, las opiniones difieren. Un niño afirma que así conseguiría más cosas pero en cambio otra niña dice que no de manera rotunda. "A mi no me gustaría, me aburriría, tendría que estar todo el rato viendo la tele", afirma.

A varios niños tampoco les importaría tener más hermanos. Arán, un niño, confiesa a la reportera que le gustaría tener "230", algo que la deja sorprendida y le responde: "No sé si les dará tiempo a tus padres". Leo, por su parte, se conformaría con diez. Emma, además, le cuenta a la Thais el truco que podría usar para convencer a sus padres para tener más hermanos: "Poner carita de azucena".