Cristina Gallego aparece en el plató de El Intermedio ataviada como una auténtica barman, sustituyendo a José Ceacero, el sacerdote erigido como 'portavoz' de las monjas clarisas de Burgos, quien fue coctelero antes que cura.
La colaboradora expone que antes de encontrar la fe era un conocido barman de Bilbao y que llegó a ganar un campeonato al mejor gin-tonic original de Donosti en 2012. "¡Qué desperdicio! Ahora el único cóctel que hace es el vino aguado de misa", comenta Gallego.
"Era un tipo muy generoso, antes de difundir la palabra del Señor, difundía sus recetas de coctelero", afirma, y apunta que escucharle era "como ir a misa, solo que en lugar de terminar diciendo podéis ir en paz, decía podéis iros haciendo eses".
Esta lamenta que Ceacero haya dejado su carrera como coctelero, puesto que, según ella, podría haberla combinado con su fe y hacer una carta de cócteles muy renovada, desde el 'sex on the beach después delmatrimonio' al 'monjito' o el 'piña consagrada'.
"Les interesa el verde, el de los billetes"
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El presentador de El Intermedio ironiza sobre los planes de algunas de las multinacionales más grandes del mundo de abandonar los programas de defensa del medio ambiente y la diversidad, asegurando que "venderían a su abuela si hiciera falta".