Los sucesos ocurridos en El Ejido, en Almería, marcaron también el año 2000. Y es que un brote de violencia racista incendió el llamado 'mar de plástico' durante tres días.

Los invernaderos sacaron a Almería de la pobreza y de la emigración. El cultivo creció mucho durante los 90 y la mano de obra empezaba a no ser suficiente. Entonces, muchos jóvenes de Marruecos llegaron a la zona en busca de un puesto de trabajo.

Juan Miralles, presidente de Almería Acoge, explica en Dónde estabas entonces que esto se da porque "se mantienen situaciones de exclusión social, no hay relación entre las poblaciones y hay una realidad de infraviviendas".

Los enfrentamientos comenzaron por tres asesinatos inexplicables. "Una persona con problemas mentales asesinó a su empleador y amigo y alguien utilizó esto para señalarles y generalizar y la masa se descontroló", asegura Juan Miralles.

Más tarde, el asesinato de una joven de 26 años dinamitó, definitivamente, la paz en El Ejido. "En ese alboroto se destrozaron locales y viviendas de familias marroquíes y las mezquitas", añade Miralles.

El entrevistado explica, además, que "la mayor frustración no era no entender que estaba pasando, sino no entender cómo el Gobierno y el Ayuntamiento no pusieron esfuerzos" para solucionar la situación.