Junto con la concha de vieira, las flechas amarillas son el símbolo de la ruta jacobea. Pero, ¿de dónde procede la costumbre de señalizar así la dirección correcta en el Camino de Santiago? Anabel Alonso, colaboradora en off de 'Desmontando' cuenta el origen de esta ya mítica indicación.

"Todo proviene de la brocha de un párroco, Elías Baliña, un sacerdote de O Cebreiro que en los años ochenta, cansado de que los peregrinos se pierdan en el camino, viaja hasta Roncesvalles con su Citroën, cargado de pintura amarilla sobrante de la señalización de las obras de las carreteras".

El clérigo fue parando en todos los puntos más conflictivos de la ruta y pintando las famosas flechas, indicando el camino correcto. Pero, lo que no se esperaba es que la Guardia Civil lo detuviera. "Cuando le preguntan qué está haciendo, responde que está preparando una invasión".

Y efectivamente, así lo hacía: preparaba una invasión de peregrinos.