El escritorMáximo Huerta ha hecho un viaje al pasado con Albert Espinosalleno de emoción. Echando la vista atrás, ha hablado del sobrecogedor accidente que su padre, camionero de profesión, sufrió en la carretera.

"El trabajo le dio la vida y también se la quitó. Una Nochevieja él no llegaba a casa, mi madre y yo lo esperábamos con todo preparado, pero no llegó. Nos avisaron por teléfono, mi madre se fue y yo me quedé en pijama en casa de unos vecinos", ha recordado.

"Esa noche tuvo un accidente gravísimo con tres camiones, lo dejaron en un hospital de monjas y lo cosieron para enterrarlo. Lo cosieron mal con cristales, con hierros y olía a muerto", ha explicado.

En este sentido, Máximo Huerta ha mencionado las palabras de su madre cuando lo vio: "Siempre decía que olía a muerto al llegar".

Sin embargo, a pesar de la catástrofe, el hombre seguía vivo: "Lo cambiaron de hospital y empezaron a limpiarlo".

No obstante, a partir de ahí, nunca fue el mismo: "El carácter de mi padre cambió, él era un toro y eso lo maltrató".