Llega el momento de la verdad. Los concursantes de Batalla de restaurantes tienen que decirse las verdades a la cara en este enfrentamiento final en el que se descubren las puntuaciones que cada uno le ha otorgado a los otros y también quién es el ganador provisional a falta de las notas de Alberto Chicote.

Sin embargo, durante todo el programa ellos han demostrado que eso de hablar sin pelos en la lengua no es algo que les resulte especialmente complicado. Es el turno de Cristina. La copropietaria de Valdeconsejo levanta la campana y alucina con los números que ve. Su nota media es de un 2'9. "Me la trae al pairo", asegura con impasividad.

La nota más baja se la lleva el servicio. "Hubo un momento en el que Cristina salió a atendernos y tuvo ese gesto tan feo conmigo, al final bajó la puntuación", confiesa Fran, de Pepito Ternera. "Pone cara de no haber roto un plato en su puta vida y tonto, tonto, mierda, mierda", responde ella. La valoración de la comida es de un 3, algo que tampoco puede explicarse, pero que, afirma, tampoco le afecta.

"¿Tú recuerdas que nota le pusiste?", pregunta Chicote a Cristian, de La ternasca, quizá buscando su confesión. "Sí, un cero", dice sin dudar. "Movido por la rabia del 'esto es una mierda' que ella me dijo", se justifica. Al presentador algo no le cuadra. "Van muchos ceros ya en la lista", insiste. "En total, ¿sabes cuántos has dado?", repregunta. "Sí, 18". Es decir, ha puntuado a todo y a todos con un cero.

"El primer día, cuando yo entré a mi cocina, vi cómo hasta las neveras se habían movido para atrás. Vi un jueguecito que no me gustó [...] y me dije, 'esto está claro que es batalla, batalla, batalla'". Sin embargo, asegura haber sido muy sincero cuando se ha sentado a valorar en las mesas. Carlos, de Asador Los gigantes, no puede creerse lo que oye y le afea su comportamiento. "Por favor, pareces la voz de mi conciencia, macho. Pareces Garbancito. Respeto, ¿te suena? ¿Lo escribes con hache intercalada?".