No sabemos cuál era el rendimiento de este hombre en su empleo, pero lo que sí podemos apreciar en estas imágenes es que su venganza es, cuanto menos, un gran trabajo de demolición. Su reacción ante lo que él considera como un despido injustificado ha sido la de derribar la casa de su jefe con una excavadora.

"Ha quedado hecha un asco", comenta Alfonso Arús ante este espectacular vídeo, en el que vemos como la vivienda, ubicada en Canadá, queda destruida en pocos minutos. "¿Sabemos si el operario lleva una grúa habitualmente en su trabajo? Porque sería la prueba de que lo hace bien", analiza Sebas Maspons.

"Le daba mucha rabia que su jefe seguramente le dijera cada fin de semana que se iba a la casita del lago y para vengarse, la ha destrozado", concluye María Moya.