A las 7:30h a.m. del 1 de noviembre de 2012, tres horas y cincuenta y cinco minutos más tarde de la avalancha mortal que acabó con la vida de cinco chicas en el Madrid Arena, la hija mayor de Isabel de la Fuente llamó por teléfono a sus padres. "Nos dijo que la habían llamado las amigas de Cristina, que había pasado algo en el Madrid Arena y que no encontraban a Cristina".

Ahí comenzó su día más fatídico. "Nos fuimos al (hospital) 12 de Octubre, porque los amigos de Cristina estaban allí y había heridos, por lo que nos habían comentado". Allí fue donde las jóvenes les dieron la chaqueta y el DNI de su hija. "Yo le entregué el DNI a la policía que había allí", recuerda.

"Llega un momento, íbamos en el coche, no me acuerdo de a qué hospital, por ahí, por la zona de Moncloa, y le dije a mi marido: 'Mira, tío, esto pinta muy mal, ¿eh?', relata con honestidad y crudeza. La pareja siguió su ruta por los hospitales de Madrid, donde les decían que había heridos, pero no encontraron a Cristina entre ellos.

"Hasta que nos llamaron por teléfono del grupo quinto de homicidios, que fuéramos a la sede suya, que estaba por Cuatro Caminos. Según entramos, nos dijeron que Cristina había muerto".