La muerte de dos guardias civiles en Barbate, Cádiz, después de que una narcolancha embistiera su patrullera, ha generado un gran debate sobre los medios con los que cuentan los agentes para poder hacer frente a los narcotraficantes.

Las embarcaciones que utilizan los narcotraficantes superan a las zódiacs de los agentes. En concreto, se trata de unas lanchas neumáticas pesadas y rígidas que pueden pesar unos 5.000 kilos. Además, cuentan con una eslora que suele medir entre 12 y 16 metros.

Por otro lado, pueden llevar hasta cuatro motores con entre 250 y 450 caballos de potencia en cada uno de ellos, algo que le permite alcanzar velocidades de 110 kilómetros por hora. Sin embargo, también provoca que tenga un gran consumo, gastando entre 50 y 60 litros de combustible la hora.

Unas embarcaciones que pueden transportar hasta tres toneladas de droga y que incluyen radar, radio y sistemas de navegación nocturna.

Desde 2018, este tipo de embarcaciones están prohibidas en el país, y no se pueden comprar ni reparar.