El director de Al Rojo Vivo, Antonio García Ferreras, lo tiene claro. El caso Negreira ha desvelado que existía un 'método'. "No hay un debate. Están las pruebas", señala Ferreras. "Todo responde a un método, a un patrón, un sistema. El número dos de los árbitros cobraba del Barça. El hombre que junto a Sánchez Arminio hacía y deshacía en el arbitraje español. El árbitro que pitaba bien al Barça era premiado, el que se equivocaba era castigado", denuncia el periodista.

"El número dos del arbitraje, comprado. La liga de fútbol, adulterada durante 20 años. Están ahí los pagos y las explicaciones son ridículas. Les han pillado con las manos en la masa", sentencia Ferreras.

La investigación ha determinado que el Barça pagó casi siete millones de euros al que era vicepresidente de los árbitros, José María Enríquez Negreira. Por ello el club será denunciado como persona jurídica por un delito de corrupción de negocios. La tesis de la Fiscalía se basa en que el Barça pagó a Negreira para intentar "alterar de manera fraudulenta el resultado de la competición". Y ese intento ya es en sí un delito, aunque no se consiga el resultado.

Los pagos arrancaron en 2001 con Joan Gaspart como presidente, continuaron con Joan Laporta, Sandro Rossell y Bartomeu. Fue este último el que terminó con los pagos, provocando las amenazas directas de Negreira al club a través de burofax.

Unos correos en los que amenazó al club: "Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los juzgados, lo que seguro acarreará consecuencias negativas. Hasta ahora no he iniciado esas actuaciones para, justamente, evitar graves consecuencias, albergando la esperanza de llegar a un debido entendimiento en relación con mi pretensión".