Corinna Larsen, la examiga íntima del rey emérito Juan Carlos de Borbón, y el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, una de sus personas más cercanas y que aparece vinculado a las presuntas tarjetas B del monarca, crearon una sociedad conjunta en las Islas Seychelles en octubre de 2009. Así consta en la documentación obtenida en los Pandora Papers, una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en la que han participado laSexta y El País.

Zu Sayn-Wittgenstein-Sayn (el apellido de casada de Larsen, que utiliza pese a estar divorciada y con una amarga disputa con la familia aristócrata) y Sanginés-Krause aparecen ligados a una sociedad llamada Fortuna Ventures Ltd. Larsen consta como directora de esa mercantil y, entre sus accionistas, aparecen otras dos compañías: Apollonia Holdings y Montpascal Holdings.

En la documentación a la que hemos tenido acceso, la examiga íntima de Juan Carlos I creó a través del despacho panameño Alemán, Cordero, Galindo y Lee (Alcogal, uno de los catorce bufetes en el centro de esta investigación) la citada Apollonia Holdings. A finales de 2009, se emitió un poder general a nombre de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein-Sayn.

“Como solicitaste, estamos encantados de adjuntar el poder de la sociedad mencionada arriba a favor de la señora Corinna Zu Sayn-Wittgenstein-Sayn”, reza la misiva del despacho Cook Worldwide Limited –el intermediario-, que señala que dicho documento cuenta con la apostilla que certifica su legalidad y veracidad.

El otro accionista vinculado a la sociedad Fortuna –el mismo nombre que el famoso yate de Juan Carlos I- es Sanginés-Krause. Su nombre saltó a los medios a finales del año pasado, cuando se le vinculó con las tarjetas black que pagaron gastos del emérito, sus hijas Cristina y Elena y algunos de sus nietos.

Montpascal es el nombre asociado a las compañías y la propia figura del empresario mexicano con nacionalidad británica. De hecho, su cuenta de Instagram –privada- utiliza ese mismo nombre de usuario.

El triángulo entre Corinna, Sanginés y la sociedad Fortuna queda más claro a través de una factura y una dirección. En concreto, las señas son las del lujoso castillo que el empresario compró en Irlanda y a cuya inauguración, entre otros, invitó al rey emérito Juan Carlos I y a la empresaria Marta Gayá.

Y la factura es de Apollonia Holdings, enviada al citado Castillo de Killua, en Clonmellon, y a nombre de Montpascal Advisory Service, Ltd. El total requerido: 30.000 euros. Y la fecha, 2 de junio de 2010.

Ni Larsen ni Sanginés-Krause han respondido a las preguntas de laSexta y El País sobre esta información.

Una relación estrecha

Ambos nombres detrás de Fortuna Ventures han tenido una estrecha relación con el rey emérito Juan Carlos I. Si bien la de la examiga especial es muy conocida, el vínculo entre el emérito y Sanginés-Krause es menos sabido, pero no por ello menos relevante.

Así, el emérito, las infantas Elena y Cristina y varios de sus hijos utilizaron las tarjetas ‘black’ de las que habría dispuesto Juan Carlos con fondos pagados por el empresario mexicano, como publicó en diciembre El Confidencial. Entre los gastos personales más cargados a estas cuentas opacas, desplazamientos en Uber de Froilán, compras en El Corte Inglés o, incluso, una yegua de competición para Victoria Federica.

Sanginés-Krause giraba los fondos a una cuenta bancaria administrada por un colaborador de la Casa del Rey, el coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga. Las tarjetas estaban a su nombre, aunque las empleaba el rey emérito y así sus gastos quedaban ocultos de cara a la Agencia Tributaria.

El empresario reconoció en su momento en TVE que pagó 113.000 euros de viajes y estancias al emérito en 2016 y 2017, además de 270.000 euros al coronel Murga en 2017 y 2018, como publicó ‘La Vanguardia’ de la declaración voluntaria a la Fiscalía del mexicano.

De acuerdo con el mexicano en la cadena pública, él pagó al emérito viajes y estancias por valor de 28.000 euros en junio de 2016; 16.000 en diciembre y 69.000 en junio del 2017. ¿La razón? La amistad y la admiración que tiene por el monarca.

Corinna instruyó dejar herencia a Juan Carlos I

No es la única mención a Corinna Larsen en los Pandora Papers. Según varios documentos a los que ha tenido acceso esta cadena, el monarca, de 83 años, aparece como beneficiario del trust Peregrine, un fideicomiso vinculado a la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein-Sayn.

En concreto, en una carta de la amiga del rey al gestor del fideicomiso en Nueva Zelanda con el que organizaba su patrimonio, Larsen –de 57 años- solicita que, en caso de su fallecimiento, se entregue al rey el 30% de los ingresos del trust procedentes del Fondo de Infraestructura Hispano Saudí hasta que se liquiden completamente. El resto del patrimonio habría de repartirse entre los dos hijos de la aristócrata.

"Deseo que los fiduciarios consideren entregar a su Majestad el rey Juan Carlos I Bórbon de Bórbon [sic] el 30% de todas las ganancias procedentes del Fondo de Infraestructura Hispano Saudí", señala Larsen en el escrito. Una vez liquidado el fondo, apunta, "no será considerado un beneficiario del Trust".

Los Pandora Papers son la mayor colaboración periodística de la historia. Más de 600 periodistas de 150 medios y casi 120 países han participado en la investigación de 12 millones de documentos obtenidos de 14 despachos que se dedican a la creación de sociedades offshore. El proyecto ha sido coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, en el que participan laSexta y El País como socios españoles, y del que forman parte medios internacionales como The Washington Post, The Guardian o el Süddeutsche Zeitung.