Hunter Jobbins, un estudiante de la Universidad de Kansas, no se imaginaba que en los 15 minutos que tardó en entrar y salir de su residencia iba a ser víctima de un robo tan curioso.

El joven dejó el coche abierto y cuando regresó se encontró con la siguiente nota: "Vi un Kit Kat en tu posavasos. Me gustan los Kit-Kat, así que probé tu puerta y vi que estaba abierta. No he cogido otra cosa más que el Kit Kat. Lo siento, estoy hambriento".

Jobbins publicó lo ocurrido en sus redes sociales y la noticia se viralizó. La historia llegó a oídos de la marca que comercializa las chocolatinas, que decidió enviarle 6.500 Kit Kat como recompensa.