Ninguno se llama 'Rex', pero son igual de heroicos y han tenido una vida muy ajetreada. Perros policías que han actuado como guardaespaldas o detectores de droga entre otras funciones pero que ahora, jubilados, necesitan un hogar.

La edad, la enfermedad y la falta de aptitud son algunos de los motivos que dejan fuera de servicio a estos animales, a menudo recluidos en instalaciones como los "loboparques", según ha explicado Isabel Monteagudo, especialista del Cuerpo Nacional de Policía.

"No concibo un final así para estos animales que muchas veces han actuado como grandes héroes", afirma Monteagudo quien, por esa razón, ha puesto en marcha un sistema de adopción pionero en el mundo a través de las redes sociales para que estos animales puedan encontrar un lugar adecuado en el que pasar sus últimos días.

Los guías comienzan el período de adiestramiento cuando tienen entre dos y tres meses con habilidades que van desde la detección de cánceres o la guía de invidentes hasta la ayuda a personas mayores, el rescate en el medio acuático o la detección de explosivos.

Con el sistema de Monteagudo, son los propios entrenadores de las unidades caninas quienes deciden si es necesario dar el perro en adopción "para no alargar innecesariamente su vida laboral por no saber qué hacer con ellos".

Monteagudo ya ha dado en adopción a cinco perros en dos meses: "Suelen ser perros mayores o con alguna enfermedad que les dificulta seguir siendo policías, por lo que el tipo de persona que les adopta es especial, de otra pasta, y no le importa más que el bienestar del perro".

Aunque los hogares ofrecen a estos animales una vida familiar, de tranquilidad y de cuidados, esta experta insiste en que "por estar jubilados no tienen que pasar a llevar necesariamente una vida sedentaria porque son perros muy activos". Todos los interesados en adoptar uno de estos "poli perros" únicamente necesitan cumplimentar un formulario "de la forma más sincera posible" y contar con la aprobación de su guía.