El viaje de 19 meses se ha convertido en un  proyecto de apoyo a programas educativos y sociales a tres de los países visitados: Tailandia, Panamá y Ecuador.

Ángel Cabello, padre de la familia, había trabajado anteriormente como logista de la ONG Médicos sin Fronteras y decidió, junto a su mujer, emprender una vuelta al mundo como forma de darle a sus hijos una educación diferente y valiosa.

"Unos ahorran para que sus hijos estudien en la universidad y nosotros lo hicimos para dar la vuelta al mundo y dar a nuestros hijos la universidad de la vida", ha explicado el padre de Ishi y Noa, de 11 y 6 años, que siguieron su educación escolar durante el viaje.

Los padres aseguran que en el viaje se han gastado el mismo dinero que hubieran necesitado para vivir durante año y medio en España. Utilizaron todo tipo de medios de transporte y se alojaron con 45 familias diferentes a través de la red ‘couchsurfing’,  donde las familias se ofrecen para acoger a viajeros.

Para la familia, esta experiencia ha significado un crecimiento personal y familiar, sobre todo para los pequeños."Hemos tenido la suerte de poder vivir e intercambiar experiencias con muchas otras familias, niños y niñas de diversas culturas y realidades, donde el lenguaje corporal, las risas y el juego era su vehículo de expresión y comunicación.Donde las emociones se dispersaban raudas en ese lenguaje único", ha relatado.

El final del viaje es el principio de una nueva iniciativa, la creación de la ONG ‘Education’, que tiene como finalidad apoyar la educación de las comunidades menos favorecidas, con las que la familia ha tenido contacto durante su aventura.

Inicialmente se centrarán en tres proyectos con la comunidad indígena de los kunas en Panamá, donde ya han definido un proyecto educativo-medioambiental; con comunidades indígenas en Ecuador, donde construirán un centro educativo en la comunidad de Chinalo; y con refugiados birmanos en Tailandia, donde ayudarán a mantener un centro educativo de preescolar con 95 alumnos.