Con motivo del Día Internacional del Niño con Cáncer, la Federación Española de Niños con Cáncer y la ONCE, quieren transmitir que el diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en los resultados y en los efectos secundarios a largo plazo.

Esta enfermedad, que se detecta cada año en España en 1.300 niños y adolescentes, representa un 2% de todos los cánceres y tiene una supervivencia en la actualidad del 80%, pero en algunos casos alcanza el 98%, según Purificación García de Miguel, jefa del servicio de Hemato-Oncología Pediátrica del Hospital La Paz.

Álvaro, de 12 años es uno de los niños afectados por esta enfermedad. Padece leucemia desde hace año y medio, lo que le ha hecho ingresar varias ocasiones en el Hospital de La Paz.

La detección temprana es clave para afrontar el cáncer, tal y como ha señalado álvaro en la lectura del manifiesto "Día internacional del niño con cáncer" 2013 que se celebra este viernes.

En él, aboga por que el diagnóstico se realice lo antes posible, ya que "el tiempo importa", y que se realice en un hospital público con unidad de oncología pediátrica.

Necesitan también estos pacientes, según el documento, que la Administración determine cuáles son estos hospitales de referencia para que todos ellos sean derivados y, sea cual sea su lugar de procedencia, tengan las mismas oportunidades de ser atendidos y curarse.

Ocho de cada diez niños con cáncer pueden curarse si son tratados en unidades de referencia especializadas en cáncer infantil, de ahí la importancia de que estos tratamientos se desarrollen con los medios técnicos y humanos necesarios.

Álvaro tenía siempre fiebre alta y los fármacos que le mandó su pediatra no consiguieron quitársela. Le mandaron a La Paz y allí le detectaron la leucemia. Fue el 17 de septiembre de 2011.

No olvida esa fecha porque ese día sintió, según ha reconocido, "mucha rabia e impotencia por no volver a hacer las cosas que hacía antes". "Me dijeron que no podía ir al colegio, que no podía hacer vida normal y que me iban a poner un tratamiento y que tenía que estar ingresado un tiempo", explica Álvaro.

Primero fue un ingreso de un mes y medio, luego alternaba cada dos semanas y más tarde ya iba a consulta varios días, hasta que consiguió seguir un tratamiento ya en su casa.

Pero una recaída le ha llevado de nuevo al hospital y ahora tiene que seguir un tratamiento un poco más fuerte hasta que le puedan realizar un trasplante.

Carlos, de 15 años, padece osteosarcoma, un cáncer óseo que en su caso ha aparecido en el fémur.

Su familia ha sido la clave para asimilar la enfermedad, según cuenta: "ayuda muchisimo porque si no la tienes no puedes hacer frente a esto. La curación se debe la mitad a la familia y la mitad a los médicos, aunque el ánimo hace muchísimo. Si estás bajo no te curas igual".

Tanto Carlos como Álvaro están tratados en el hospital La Paz, cuyo servicio de Hemato-Oncología Pediátrica diagnostica cada año alrededor de cien nuevos casos en niños, según su subdirector gerente, Javier Cobas.