Un remolino de aire caliente sembró el nerviosismo entre los bañistas de una playa de Huelva. Un tornado pequeño que no provocó  heridos de gravedad, aunque sí un buen susto.

Que olviden el susto en Huelva pero no el aire caliente: están a 33 grados. A dos grados más de máxima, en Sevilla, aunque cualquier temperatura en julio que baje de los 40 grados a muchos les parece fresquita.

En Valencia agradecen los 32 grados. El poniente hizo imposible disfrutar del fin de semana y sin aire acondicionado. La Malvarrosa se convierte en el refugio de muchos valencianos acalorados.

También se refrescan de nuevo los gallegos, aunque han pasado un fin de semana de abundantes lluvias. Completamente despejado está el cielo pontevedrés. Las nubes se han ido de vacaciones, concretamente, al País Vasco.