Los indígenas rodean constantemente a Iván Mouriz, no le dejan marcharse. Pero no es un rapto al uso. Acusan a este hombre, de origen valenciano, de haberles estafado: "Hice un acuerdo y no lo cumplí", reconoce Mouriz. Llegó a Chicapa de Castro tras el terremoto de México de 2017.

Prometió a sus habitantes que reconstruiría sus casas. Cogió las ayudas que el gobierno dio a las víctimas y, hasta ahí: un año más tarde, todo sigue igual. "Fui tonto y le entregué el dinero; recogió el muro caído y las tejas y ahí están", denuncia uno de los indígenas.

Por llevarse, Mouriz se llevó hasta puertas y ventanas. La estafa asciende a los 100.000 euros, y hay 15 familias afectadas que le han denunciado y que aseguran que lo mantendrán retenido hasta que entregue todo lo robado. Él dice que devolverá el dinero: achaca todo a la mala organización y a un exceso de confianza.

Aunque en un primer momento temió por su vida, ahora dice que no se siente secuestrado: "Aquí nadie me ha sacado un arma". Los habitantes de Chicapa de Castro le han dado dos semanas para que devuelva el dinero robado.