El suceso se ha producido en Beni-Enzar, el principal puesto fronterizo entre España y Marruecos en Melilla, cuando un turismo ha cruzado "a la carrera y eludiendo temerariamente el control policial en una arriesgada maniobra, claramente premeditada", ha informado la Delegación del Gobierno en la ciudad.

"El coche, un Volkswagen Golf, matrícula marroquí, accedió a Melilla normalmente, guardando turno en la cola y, una vez en el recinto, al aproximarse al primer control policial, dio un cambio brusco de dirección", ha explicado la Delegación en un comunicado.

El turismo "tomó un carril aledaño y, a toda velocidad, burló peligrosamente los controles policiales, provocando daños en una de las barreras y obligando a los agentes a abandonar sus puestos para no ser arrollados", ha detallado.

Las fuerzas de seguridad han establecido un cerco policial en la avenida de Europa, junto a la frontera, y el vehículo se ha desviado por una calle próxima, "donde su conductor abandona el coche, tira las llaves y a la carrera se da a la fuga", ha relatado.

La Guardia Civil ha logrado detenerle "reduciéndolo" y dos de los agentes han sufrido "contusiones, golpes y arañazos por parte del conductor, que con violencia se opuso a la detención", ha indicado.

Los heridos se encuentran en buen estado tras recibir asistencia sanitaria."El conductor, un marroquí de 26 años, carente de documentación, pasará a disposición judicial acusado de atentando y resistencia a la autoridad, y de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros", según la Delegación.

Los cinco inmigrantes han sido hallados por la Guardia Civil ocultos en el vehículo, dos de ellos en el maletero, otros dos en un doble fondo bajo los asientos traseros y el otro en un habitáculo practicado en el salpicadero.

Los inmigrantes "requirieron primeros auxilios por parte de los agentes, por entumecimiento, respiración agitada y desorientación, siendo restablecidos sin necesidad de asistencia médica", ha destacado.