Fresas con Hepatitis A y un lote de merluzas contaminadas con anisakis, las dos últimas alertas sanitarias que han hecho saltar las alarmas dentro de la UE. La propia entidad notificó el pasado 22 de mayo que se había detectado a través del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) tras detectar huevas de merluza contaminadas con anisakis en un control fronterizo en España. El producto, originario de Marruecos, ha sido retirado inmediatamente del mercado, aunque el organismo no descarta que otros lotes hayan eludido los controles.

¿Hay una falta de control sanitario en los productos que entran dentro de las fronteras de la Unión Europea? ¿Existe una legislación en cuanto al uso de pesticidas tanto dentro como fuera de la UE? La realidad es que los agricultores de los países miembros están sometidos a una serie de normativas que deben seguir a rajatabla; sin embargo, las exigencias en los alimentos son menores para los países extracomunitarios que para los europeos.

"En Europa el uso de plaguicidas está regulado. La EFSA (Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria) es la encargada de establecer qué sustancias están permitidas y en qué cantidades; este organismo realiza de forma rutinaria estudios de seguridad, determina los límites máximos de residuos en los productos y realiza controles de verificación en el mercado", ha explicado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

En cuanto a terceros países, el uso de pesticidas está más normalizado. Hay que tener en cuenta que los climas de esos países son diferentes y probablemente sus necesidades también lo sean. La cuestión radica en que dichos fertilizantes generan residuos en los alimentos que acaban en los platos de los consumidores y que, en ciertos casos, pueden llegar a ser sumamente tóxicos y provocar serios daños en nuestra salud.

3.391 alertas en 2023

Las alertas en Europa llegaron hasta las casi 3.400 notificaciones durante el 2023. A nivel europeo, el 28% del total estuvieron relacionados con restos de pesticidas y de ellas, 554 fueron detectadas en la frontera antes de entrar al mercado europeo.

Unos datos que reflejan la realidad del sector y justifican las medidas tan estrictas que se implantaron desde la Unión Europea para tratar de controlar la red alimentaria dentro de sus fronteras. En cuanto los países que tuvieron una mayor cantidad de alimentos que provocaron alertas sanitarias, la lista completa es: Turquía (343), India (246), Polonia (220), China (189), Francia (155), Países Bajos (132), España (130), Egipto (126), Estados Unidos (124), Italia (121) y Ucrania (105).

Seis de los diez países con mayor cantidad de alertas son miembros de la UE. Es más, España es la séptima nación con mayor cantidad de notificaciones según los datos proporcionaods por la RASFF. De las 180 alertas, un total de 23 fueron provocados por la presencia de pesticidas en los alimentos y nueve de ellos fueron detectados en la frontera lo que permitió que no llegaran a comercializarse en los supermercados. El resto estuvieron relacionados con casos de higiene, micotoxinas, metales pesados o hidrocarburos.

Para terminar, la OCU recalca que las autoridades europeas no son capaces de detectar y controlar todos los alimentos y productos que entran dentro de las fronteras de la Unión Europea: "El problema es que no se intercepta la entrada de todos los productos que no cumplen con la normativa, y por ahí vienen las noticias que vemos a lo largo del año en los medios sobre alimentos importados con herbicidas, plaguicidas y pesticidas prohibidos: sandías de Marruecos, pomelos de Sudáfrica, cítricos de Turquía y Egipto...".