Las autoridades calculan que hay unos 3.000 vendedores ilegales repartidos por la costa de Cataluña y la cifra aumenta durante los meses de verano. La principal traba para su trabajo son precisamente las redadas policiales que tratan de poner freno a un negocio ilegal capaz de generar un mercado negro por valor de 100 millones de euros al año sólo en Cataluña.

Tras los disturbios en Salou por la muerte del senegalés que huía de los Mossos d'Esquadra, los manteros saben que tendrán aún más difícil el desempeño de su trabajo. Son conscientes de que estarán más vigilados que nunca por las autoridades.