La jornada laboral de Aleida Villa durante 12 años como empleada del hogar fue de 24 horas, siete días a la semana. Luego, un despido improcedente, y sin derecho a paro: "Me tocó trabajar únicamente para ella, pero de lunes a lunes, no tenía descanso".
Los empleados domésticos están incluidos en un sistema especial dentro del régimen general de la Seguridad Social. No tienen derecho a paro y tampoco se les incluye en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Por eso, piden cambios en la ley. "Que se avance en cuestiones tan importantes como la prestación de desempleo, la prevención de riesgos laborales", pide Vanesa Barco, secretaria de Igualdad FESMC-UGT.
"El paso definitivo tiene que ser equipararlos a cualquier otro trabajador, al régimen general", recuerda Joaquín Pérez, secretario de comunicación de la Unión Sindical Obrera. España no ha ratificado el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, que dignifica el empleo doméstico.
"Las trabajadoras del hogar son casi 700.000, todavía el 30% no están afiliadas a la seguridad social", dice Joaquín Nieto, director de la Organización Internacional del Trabajo en España. La OIT recuerda que existen familias que necesitan un empleado doméstico pero tienen recursos económicos limitados, lo que repercute también en el pago a los trabajadores.
"Estamos hablando de esclavitud moderna, una esclavitud porque no tener derecho a que te den una comida cuando tú estás trabajando de interna en un hogar o que no te den un derecho para tu ir a un médico", recuerda Rafaela Pimentel, empleada del hogar y miembro del grupo territorio doméstico.
En el mundo hay 67 millones de empleados domésticos. Solo el 10% tiene los mismos derechos que el resto de trabajadores.