Luis no quiere que su cara aparezca frente a las cámaras por temor a represalias ya que ha sufrido hasta tres agresiones a lo largo de su carrera como médico. "Fui agredido físicamente, me agarró del pecho y me empujó contra el marco de la puerta y yo del pánico me quedé rígido, me quedé quieto", declara Luis, médico de atención primaria.

Pasó tanto miedo que pese a haber denunciado, el temor persiste. "Lo primero que hago cuando salgo del centro de salud es mirar mi vehículo a ver si está rallado o a ver si están las ruedas en su sitio", explica Luis. Los ataques al personal sanitario crecieron un 5% en 2015. "Tolerancia cero con respecto a la agresión en los centros sanitarios, nosotros somos profesionales sanitarios y estamos para ayudar al paciente", manifiesta Sheila Justo, delegada de Prevención de Riesgos Laborales de AMYTS.

El pasado mes de julio se endureció el Código Penal. Ahora los ataques a funcionarios públicos o docentes sanitarios se consideran 'actos de atentado'. Pero se excluye del texto a los centros privados. Una discriminación, denuncian, por parte de la justicia. "Ante una agresión, que es igual tanto para los médicos de la pública como los de la privada, el trato que recibamos por parte de la ley sea el mismo", pide Mónica Alloza, responsable de Sanidad Privada.

Victoria Velasco fue agredida por un paciente cuando estaba embarazada. Asegura que con una mayor presencia de personal de seguridad, la situación se podría haber evitado. "Si yo en aquel momento hubiera tenido un guardia de seguridad en la puerta del hospital, seguramente no habría sucedido", lamenta Victoria Velasco, pediatra. Reclaman, además, mayor implicación por parte de la Administración.