No hace falta echar la vista muy atrás para descubrir cómo ha cambiado la sociedad española en tan poco tiempo. Muchos no recordarán que nuestro país todavía mantenía una homofobia sangrante en la década de los 90, pero las víctimas que lo sufrieron seguro que no lo han olvidado.

Por eso, con motivo de la celebración del Orgullo LGTBI hemos tirado de archivo para ver cómo se trataba a los homosexuales. Y hay ejemplos de todo tipo, como mujeres que iban a la televisión a denunciar la homosexualidad de su marido diciendo que le llevó al "psiquiatra para ver si se podía solucionar, con medicamentos, con tratamiento, pero no hubo manera". La propia periodista Nieves Herrero lo calificaba de "problema".

En 1991 en la estación de autobuses se contrataron vigilantes porque había "miedo" porque los gays habían empezado a rondar la estación. "Miran y de todo", se quejaba uno, mientras que otro pensaba que "en sitios públicos no pueden hacer eso".

En 1995, la Policía Local de Valencia creó una ficha para describir a los sospechosos que identificaba, y en el apartado "otras características", ser transexual u homosexual estaba a la altura de un pederasta. Por otra parte, Pedro Zerolo aún no estaba en política porque un candidato gay era inconcebible.

Y la homofobia también estaba normalizada en el deporte. Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid en aquel entonces, confesaba con naturalidad que no había fichado a un jugador por ser gay. "Me he enterado de que es maricón y digo no, a ese no le meto en el vestuario", decía en una entrevista.