Si criticas en Internet el restaurante de Joan Rosell, prepárate. Porque contesta a tumba abierta. "Os dan un boli y os pensáis Cervantes algunos", escribió. En otra ocasión regaló esta respuesta: "¿A ti te pagan por pensar?, ¡¿Pensar el qué, mendrugo?!".

Joan Rosell, dueño del restaurante La Encantaria (Zaragoza), lidera la guerra contra las críticas en webs de restaurantes. En la tapa del retrete, ha colocado un certificado de excelencia que le concedieron.

Francisco Javier lidera el frente Mediterráneo de esta revolución. Quien escribe mal sobre su restaurante de Peñíscola sufre su ira.

"No pierdo ni un minuto para escuchar tonterías de una persona que no tiene ni idea. Si no puede salir de casa porque no ha tenido tiempo de ahorrar con el 'fairy', salga con la mochila, se sienta en un árbol y disfrute de la vida.", escribió en una página de comentarios.

Esta rebelión anticríticas tiene un icono: Myla, de la pensión La Ferroviaria de Zaragoza, que dejó su lema forjado a fuego: "La persona que inventó el tema 'el cliente siempre tiene la razón', yo le diría que viniese a estar conmigo un par de meses. Seguro que preferiría hacerse las ingles brasileñas a la cera".

Artur Martínez, con una estrella Michelín, directamente ha pedido a una de estas webs de opiniones que elimine su restaurante, El Capritx. Pero ellos le han dicho que no. "Ellos te dan de alta tu perfil pero luego no te dejan salir", ha señalado. La próxima vez que opines de un restaurante, piensa en ellos.