Te proponemos un viaje al futuro. Año 2050. La tecnología ha avanzado y casi todos los vehículos son eléctricos. La moda es sostenible, las energías renovables están en todas partes y todos los ciudadanos separan sus envases para su correcto reciclado. ¿Todos? No, todavía queda un reducto de población que sigue perpetuando los viejos mitos contra el reciclaje: que si no tengo sitio, que si lo mezclan todo, que si ya pago impuestos... Pero, ¿todavía así?
En realidad, no sabemos qué pasará en 2050. Lo que sí sabemos es que hace más de dos décadas que se instaló el primer contenedor amarillo y, a pesar de los avances y la información que hay, todavía persisten algunos bulos en torno al reciclaje que parecen indestructibles. ¿Estamos a tiempo de acabar con ellos? Lo intentamos: vamos a desmontar los principales mitos que aún existen.
1. No tengo espacio para reciclar
No sirven excusas. Si es posiblereciclar en un piso pequeño, como nos relataron Tony, Lara, Laura y Cristina, es porque lo puede hacer cualquiera. La clave está en saber organizarse y adaptarse al espacio. Tony nos da algunos trucos: "No hace falta tener tres cubos, sino usar bolsas más pequeñas y cubos con espacios compartidos".
Este madrileño de 37 años es un reciclador convencido que vive en un estudio con muy poco espacio. Por eso, busca las maneras de hacerlo, como bajar la basura más a menudo, o tener el papel y cartón en una bolsa de papel escondida en una esquinita.
El truco de la puerta también lo usa Lara, en cuya cocina no caben más de 3 personas. Ella tiene en un mismo cubo la basura normal y la del cubo amarillo, guarda el papel en una bolsa colgada del pomo de la puerta y utiliza el espacio libre que hay bajo el fregadero para acumular otro tipo de residuos. "Me apaño", resume, sin que le suponga un gran esfuerzo.
Lo que está claro es que es una cuestión de voluntad y conciencia, como expresa Laura, que vive en 35m2 y sí que tiene tres cubos (amarillo, azul y resto): "Lo que me resulta incómodo es tener que tirar algo que no va en el cubo de reciclaje que toca".
2. Solo yo reciclo
Hay gente que se desmotiva porque cree que nadie más recicla. Es un sentimiento muy frecuente, el de pensar que nadie lo hace, pero en realidad las cifras muestran que en España la mayoría recicla y, además está orgulloso de ello.
Es lo que se desprende del estudio Hábitos de la Población Española ante el reciclaje, realizado por Instituto Catchment para Ecoembes, que revela que 4 de cada 5 ciudadanos recicla. Esto se traduce en un 82,9% de los encuestados, que aseguraron tener, de media, tres cubos, bolsas o espacios en casapara reciclar, destinando uno de ellos a los envases de plástico, metal y briks, los que van alcontenedor amarillo.
Una estadística que no ha dejado de crecer en los últimos años, pues no hace tanto, en 2015, los recicladores se reducían al 72,5%. Además, y según el mismo estudio, el75% se siente orgulloso de ello. Está claro: si aún no reciclas, estás a tiempo de sumarte a la mayoría orgullosa.
3. Se mezcla todo en el mismo camión
Esta frase es quizá la que más se oye entre los haters del reciclaje, y eso que en los últimos años hemos visto decenas de veces imágenes de las plantas de selección de envases, reportajes explicando el proceso y una evidencia que crece cada día: la cantidad de productos que se elaboran con material reciclado.
En España, y en cualquier ciudad o municipio, hay vehículos de recogida especializados en grupos de residuos, por ejemplo, camiones que sólo recogen envases de plástico, metálicos y briks, o solo papel y cartón.
Pero quizá este bulo surja de personas que han visto volcar en un mismo camión diferentes tipos de residuos. Esto no quiere decir que se mezclen: existen vehículos con dos compartimentos, de forma que cada residuo va a una parte sin que se mezclen. Además, esta técnica es más eficiente y reduce el impacto ambiental asociado al transporte de residuos.
Por último, una vez llegados a alguna de las 97 plantas de selección de envases que hay en España, cada residuo sigue su propio camino: selección, clasificación... Se separan, incluso, hasta los diferentes tipos de plástico.
4. No reciclo porque ya pago impuestos para que lo hagan por mí
También es muy común que algunas personas confundan la tasa de basuras que pagamos a nuestro ayuntamiento con el reciclaje. Las tasas municipales de basura van destinadas a la recogida de la basura normal, "los residuos no reciclables", como explica a laSexta Antonio de María, gerente de la Empresa Municipal de Limpieza de Getafe, en Madrid.
Para los envases que separamos en casa, como los de contenedor amarillo (plástico, metálicos y briks), el azul (papel y cartón) y el verde (vidrio), el sistema es diferente. Son las empresas que ponen envases en el mercado las encargadas costear el reciclaje a través del pago del Punto Verde.
Por esa razón, es muy importante separar los envases en casa y depositarlos en el contenedor adecuado, ya que así entrarán en el circuito del reciclaje, una forma de reducir nuestra huella ambiental.
5. Los productos fabricados con material reciclado son de peor calidad
Quizá hace algunos años podíamos ver diferencias entre un producto nuevo y uno reciclado, pero las tecnologías y las técnicas han avanzado tanto ya que no hay ninguna diferencia.
O si no, fíjate en tu lata de refresco. Es igual que la de siempre, ¿no? Puede que sea la de siempre (en un sentido romántico), porque el aluminio tiene vidas infinitas. Eso es porque los metales, como el aluminio, pueden reciclarse indefinidamente sin perder calidad.
Algo similar pasa con el plástico: hoy podemos encontrar envases hechos con 100% de plástico reciclado. Pero lo mejor es que con el plástico se fabrican infinidad de cosas. Lo decíamos antes: la cantidad de productos que hay hoy día fabricados con material reciclado es inmensa. Desde ropa hasta mobiliario urbano, pasando por accesorios para mascotas, y todo hecho a partir de plástico.
Y sobre su calidad, solo hace falta dar un ejemplo: ¿sabías que los jugadores de la NBA tienen uniformes hechos con botellas de plástico? Los fabrica la marca deportiva Nike y cada uniforme está hecho con cerca de 20 botellas desechadas que fueron recuperadas, derretidas y convertidas en hilados nuevos.
El papel sí sufre más deterioro, pero incluso para esto tiene solución, porque siempre se puede convertir en papel de menor calidad o en cartón para hueveras.
¿Sigues pensando que el reciclaje está reñido con la calidad? ¿Que todo va al mismo contenedor o que no tienes espacio suficiente? Puede que no, o puede que tengas otros bulos en mente, pero en cualquier caso los beneficios de reciclarson mayores: te retamos a hacer posible que este artículo no tenga sentido en 2050.