Miguel Rosendo ha pasado su primera noche en prisión, donde ha llegado directo desde los juzgados. Precisamente en la cárcel de A Lama, cuyo capellán fue el primero que denunció al Obispado los escándalos dentro de Orden y Mandato. Familiares y exmiembros de la orden esperan que pueda interceder para que los suyos vuelvan a casa.

El juez le imputa los delitos de abusos sexuales y asociación ilícita. De este último también está acusada Marta Paz, uno de sus bastones, que quedó en libertad, y de quien su familia cree que habría regresado a esta casa, donde vive la familia de Miguel.

Otros dos miembros de la orden también están imputados tras declarar ante el juez, aunque no se sabe su identidad porque se ha decretado el secreto de sumario. Ahora las familias valoran presentarse como acusación particular.

La Guardia Civil sigue investigando en la llamada operación Edén, según Infovaticana, el juez habría ordenado registrar el convento de las carmelitas de San Lorenzo del Escorial donde cada día acuden a misa las seguidoras de Rosendo que viven en una casa del Escorial, donde sospechan que escondió objetos personales y dinero.