Líder, fundador y, para el grupo un santo. Miguel Rosendo, el [[LINK:INTERNO|||20141211-NEW-00236-false|||líder detenido]] de la presunta secta Migueliana, contaba que había muerto y resucitado, e insistía en que era la reencarnación de San Miguel Arcángel en la tierra. Siempre a su lado, la hermana Marta, la otra detenida.

La hermana Marta era la mano derecha de Rosendo, según su propio padre. Marta, Ivana e Iria eran tres las mujeres que seguían cada paso de Miguel Rosendo. Grababan y trascribían cada una de sus palabras, pensaban escribir las memorias de un santo.

Dentro de la Orden Migueliana Ivana tenía un gran apoyo, su propia hermana: la mujer de Cristian, el hijo de Miguel Rosendo. También al mando, pero siempre sometido a la voluntad de su padre.

Como demuestra una cámara oculta, intentaba reorganizarse en Madrid, donde se habían mudado después de que la iglesia gallega apartase a Miguel Rosendo de la Orden. "Queremos demostrar la inocencia de una persona, mi padre en este caso. Es al que más están atacando", aseguraba Cristian.

Un periodista se hizo pasar por un sacerdote de Córdoba que les ofrecía ayuda. Su excusa para pedir financiación, el grupo de unas 20 chicas que estan recluídas en un chalet de El Escorial.

Sin Rosendo, Orden y Mandato de San Miguel Arcángel siguió funcionando: apenas algunos fieles y cuatro hermanas 'miguelianas', que trabajan en una residencia de Bustarviejo, en Madrid. Una es Olalla Oliveros, cuando era actriz; Olalla del Sí de María desde que entró en la Orden. Con ella está la sobrina de Rosendo, motivo por el que familiares de las víctimas afirman que Rosendo sigue controlando la Orden.