En sus 10 años como rider, Ana ha vivido situaciones que ponen los pelos de punta. "Salgo fuera, recojo otra caja, la dejo en la cocina, me vuelvo a girar y me encuentro al señor con la bata abierta enseñándome todo", relata esta repartidora a domicilio, que explica que el hombre incluso le pidió que le hiciera "un trabajito".
Es solo un ejemplo del acoso sexual que sufren las repartidoras de forma habitual, según denuncian desde Comisiones Obreras. La secretaria de Nuevas Economías de la organización sindical, Carmen Juares, explica que las trabajadoras se enfrentan a situaciones como encontrarse con un "cliente desnudo" cuando suben un pedido o "propuestas de carácter sexual a cambio de dinero".
Algunos de estos acosadoras incluso chantajean a sus víctimas con puntuarlas de forma negativa, algo que para las riders tiene importantes consecuencias. "Si un cliente te puntúa mal y te baja la puntuación, luego no tienes horas o te pueden bloquear durante tres días o directamente desconectar de la aplicación, que se han dado ya casos de compañeras", denuncia Nuria Soto, portavoz de RidersXDerechos.
Las repartidoras piden que las plataformas protejan su identidad y no faciliten ni su fotografía ni su número de teléfono, para evitar situaciones como las que ha sufrido Ana, que ha recibido llamadas de madrugada: "Que un cliente me pueda llamar a las cinco de la mañana: 'Oye que es que esta noche me has traído una pizza y estabas muy guapa...'", explica.
La mayoría de las repartidoras no denuncia por miedo a perder el trabajo. "Están completamente desprotegidas y nos comentan el estrés que esto les provoca", apunta Juares. Un estrés que se une, además, a las precarias condiciones en las que trabajan la mayoría de las veces.