Hay cogollos de marihuana que se venden con total normalidad, porque la cantidad de THC, que es la sustancia que coloca, es inferior al 0,2%.

En las tiendas dicen que así es legal pero, como indican en sus envoltorios, lo venden como elemento decorativo y no para fumar: "La forma de consumirlo no es ilegal, lo ilegal es venderlo para que la gente lo consuma", asegura Carlos Ferreiro, copropietario de uno de los locales en los que se comercializa.

Estos comerciantes saben que sus clientes podrían acabar fumándose estas hierbas: "Cada uno después que haga lo que quiera con las flores", expresaba uno de ellos.

Ejemplo de ello se puede observar en varias tiendas, donde venden al peso todo tipo de variedades. Un establecimiento madrileño defiende en su web que todas son ricas en CBD, la sustancia que, según ellas, tiene propiedades beneficiosas: "Nos ayuda a mejorar las consecuencias de nuestra vida sedentaria, del trabajo duro o para aumentar la atención en nuestras tareas", alegan.

No obstante, varios médicos indican que estos productos son muy perjudiciales para la salud y no cuentan con prescripción médica. "Las concentraciones no están bien determinadas y hay riesgo de intoxicación, así como cuadros de nerviosismo o de ansiedad", ha apuntado Manuel Valls Roig, profesional de Medicina Interna IMED, en Valencia.

"Tienen un uso supuestamente inocuo durante una temporada y, más tarde, los estudios posteriores que se hacen demuestran que tiene una capacidad adictiva", ha explicado Javier Frómeta, director médico de Uniadic López Ibor. Para los profesionales de la salud, la clave está en que cualquier producto que se legalice y se consuma, se regule al 100%.