Los vecinos de Quintanar del Rey, en Cuenca, protestan por la construcción de una macrogranja porcina. Piden que se pare la obra de esa producción ganadera porque está a sólo 300 metros del pozo de abastecimiento de agua del pueblo.

Y es que la macrogranja, en realidad, pertenece al pueblo vecino, Villanueva de la Jara, pero está pegado a Quintanar. "El pueblo entero está en contra de esta instalación industrial", explica Martín Cebrián, alcalde de Quintanar del Rey.

Despoblación, contaminación de aguas, cambio climático y graves problemas de salud pública, son algunas de las razones que esgrimen los vecinos para no querer esta macrogranja junto a sus viviendas y negocios. Sin embargo, la alcaldesa de Villanueva de la Jara defiende la decisión de construirla: "Hay una resolución favorable por parte de Medio Ambiente, lo que cumple la normativa".

Por su parte, organizaciones ecologistas advierten de que este tipo de ganadería industrial supone un perjuicio para las generaciones futuras. "Tendrá influencia sobre el lago del subsuelo y a medio largo plazo esta y otras macrogranjas están contribuyendo al despoblamiento de nuestras localidades".

Solicitan la paralización de las obras porque ni siquiera han pedido un estudio de impacto ambiental a la Confederación Hidrográfica del Júcar. Así lo explica Luis Garijo, comisario adjunto de la confederación: "No tenemos constancia en la Confederación Hidrográfica del Júcar de que se haya solicitado informe alguno respecto de alguna macrogranja". Las obras continuan pero los vecinos aseguran que continuarán con las protestas.