Clara no mete los libros en su maleta porque su padre ha secundado la huelga de deberes. "A veces cansa demasiado estar en casa todo el día sin hacer nada y solo delante de un libro", asegura. Su mochila de tareas se aparca en el salón porque la familia se va de escapada rural. "Queremos disfrutar de nuestros hijos y que aprendan de otra manera que no sea meramente curricular", afirma Camilo, el padre de Clara.
La huelga ha sido impulsada por CEAPA porque insisten en que la carga de tareas desmotiva a los alumnos. "Tiene que estar constantemente ligado a los deberes, a los libros, a la educación y que ninguna otra cosa debe estar presente en su vida hasta que eso esté absolutamente resuelto", afirma el presidente de CEAPA, José Luis Pazos.
Pero el sindicato de docentes critica la huelga de deberes porque la considera un boicot. "Nos parece una propuesta desproporcionada, injusta y negativa para el alumnado. Desde ANPE defendemos los deberes pero proporcionados y adecuados al nivel académico", asegura el presidente nacional de ANPE, Nicolás Fernández Guisado.
Para los psicólogos el problema se produce cuando los deberes generan una carga de estrés. "Cuando los deberes llegan a casa con tensión y con estrés, no estamos facilitando el aprendizaje", afirma la directora del Centro de Psicología Noguerol, Victoria Noguerol. Un aprendizaje que tanto padres como profesores están dispuestos a debatir durante todo noviembre.