Varadas en un mar de lodo hasta la cintura que anega más de 3000 km², la vida de miles de familias mozambiqueñas dependen de azarosos salvamentos, que pasan porque los rescatistas se lancen desde uno de los pocos helicópteros disponibles y, nadando a brazo partido, lleguen hasta ellos.

Otros, sobreviven encaramándose a las copas de los árboles esperando la ayuda. Hasta 15.000 personas estarían en esta agónica espera.

Pocos helicópteros están sirviendo para recuperar y trasladar a las víctimas mortales que se ha cobrado el ciclón Idai, que ya suman más de 400, aunque oficialmente se estima que serán más de 1.000; otros cientos de miles lo han perdido todo.

Con enormes problemas logísticos, y entre protestas, se reparte ayuda de primera necesidad que Mozambiqueños sobre todo, pero también zimbabuenses y malauíes, necesitarán al menos durante tres meses, según la ONU, para sobrevivir a Idai, que es ya "el peor desastre natural de la historia del hemisferio sur".