Los compañeros moteros
de Víctor Láinez han ido al tanatorio a despedirlo. Murió de un golpe en la
cabeza. La víctima y el acusado discutieron en un bar que este miércoles luce con velas. El
desencadenante fueron los tirantes con la bandera de España del asesinado.
La Policía ha incoado
una expulsión del acusado por la gravedad del delito aunque no será expulsado
hasta que no se le juzgue. "Al ser un ataque sorpresivo y en una parte vital
como es la cabeza, podríamos encajar el asunto desde un homicidio hasta un
asesinato", asegura Juan Carlos Macarrón, portavoz de los abogados.
La víctima era
simpatizante de Falange, según la Jons, y el presunto agresor, un antisistema
que fue condenado por otro ataque que dejó tetrapléjico a un agente de la Guardia Urbana en Barcelona.
El caso, bautizado como 4F, derivó en un documental, 'Ciutat Morta', que ponía en tela de juicio la investigación y el trato policial que recibieron los acusados.
El ministro de Interior
y diputados de diferente signo político han condenado este tipo de ataques. Este miércoles han
detenido a otra persona relacionada con los hechos pero, tras declarar, ha
quedado en libertad.