El 25 de Abril, Ángel Luis, guardia civil, estaba de baja médica, pero salió de casa con su arma reglamentaria. En la carretera A3 se cruzó con Younes, marroquí de 39 años. Tras un adelantamiento y un roce, Ángel Luis ya no pudo parar.
"Vi que tenía rasgos musulmanes y ya la cabeza no me paraba: matrícula francesa, que me da un golpe y no se para, que va solo... pensaba que iba a pasar algo raro", afirmó el agente. Puso a Younes en su punto de mira. Pensó que era un terrorista a punto de atentar, y él iba a evitarlo.
"Efectué un disparo de advertencia al aire, porque no me funcionaba el claxon, y no sé si me despisté o qué, nos dimos un golpe y ya paramos", relató Ángel Luis. Asustado, Younes baja del coche y huye.
Ángel Luis lleva un arma y corre tras él. Le dispara a los pies, a las piernas para tratar de pararle. 14 veces hasta que cae al suelo, herido. "Yo le gritaba 'las manos en alto', y él se llevaba las manos al pecho y pensaba que tenía un cinturón y se iba a inmolar".
Así justifica el agente el último disparo en la cabeza. El que acaba con la vida de Younes. El mismo Ángel Luis llamó a emergencias, convencido de que era un héroe, había evitado un atentado y, por ello, iba a recibir todos los honores. Es la declaración que hizo a la psiquiatra.
Otro gasto más
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