Según ha informado la
policía catalana en un comunicado, el incendio, que tuvo lugar en junio de 2017
y fue provocado por una colilla, quemó un total de 105 hectáreas,
correspondientes a campos de cereales y terrenos forestales, en los términos
municipales de Manresa y Sant Fruitós de Bages (Barcelona).
El incidente, a pesar de
no haber dejado heridos, obligó a los Mossos a desalojar a 700 personas. Según
los Mossos, se trata del primer caso en el que los restos biológicos de la
colilla que causó el incendio han permitido identificar al supuesto autor, que
se sometió a las pruebas del ADN para cotejarlos con los del cigarrillo.
La Unidad Central del
Laboratorio Biológico determinó que las muestras coincidían plenamente y por
este motivo los Mossos d'Esquadra han denunciado al presunto autor del incendio
en el juzgado.