Médicos holandeses autorizaron en solo seis días, la eutanasia a un joven enfermo de cáncer, el octavo menor de edad que ha podido acogerse a ese derecho en los Países Bajos desde la aprobación de la ley en 2002, confirmaron fuentes próximas al caso.

El joven, cuya identidad y edad exacta no se han hecho públicas, ni tampoco la fecha en la que fue asistido en la muerte, en el que el suyo fue el único caso de un menor, sufría de varias metástasis cerebrales y había solicitado en reiteradas ocasiones que se le permitiera morir de esa manera.

Al paciente se le diagnosticó un extenso tumor maligno y fue tratado con varias terapias, pero un mes y medio antes de su muerte, que tuvo lugar en 2016, los médicos le encontraron varias metástasis cerebrales, momento a partir del cual su sufrimiento aumentó de forma significativa. Los doctores constataron que su cura era imposible y que los tratamientos sólo podían ser paliativos.

"El paciente experimentaba dolor a pesar de las altas dosis de opiáceos, pérdida de energía y fatiga severa, no se podía hacer nada", recoge el informe en el que se incluye su caso.

Según fue avanzando la enfermedad, el joven empezó a tener dificultades para comer y beber y perdió la movilidad hasta el punto de quedarse postrado en la cama. "Ya no tenía ninguna calidad de vida. Sufría por la desesperanza de su situación y por las crisis epilépticas resultantes de sus metástasis cerebrales".

Seis días antes de morir, el menor habló de la posibilidad de recurrir a la eutanasia con un subordinado del médico de cabecera que lo atendía. Cuando esa conversación llegó a oídos del doctor, éste tuvo una charla con uno de sus progenitores y en la misma salió a la luz que el joven ya lo había planteado en el pasado.

El menor pidió directamente a su médico la aplicación de la eutanasia y, con la ayuda de uno de sus padres, preparó una solicitud por escrito. Tal como prevé la legislación, un segundo facultativo independiente lo inspeccionó para constatar su historial y confirmó que cumplía con los requisitos necesarios para pedir la eutanasia: un dolor insoportable y el hecho de que ya no era posible curarlo.

El informe resalta en ese punto que, a pesar del avanzado estado de su enfermedad, el menor "estaba en pleno uso de sus facultades mentales" y que "sus padres estuvieron junto a él" en todo momento. Los facultativos aprobaron su petición y le indujeron un coma para, posteriormente, administrarle una solución por vía intravenosa que acabó con su vida.

Según un comunicado de las Comisiones Regionales de Eutanasia, los padres han respetado la decisión de sus hijos en las ocho ocasiones.