Efraín tiene 11 años y acaba de recibir el diploma de haber terminado la primaria como abanderado. Esto que para muchos forma parte de la normalidad de la infancia, se convierte en una historia de superación si tenemos en cuenta la situación económica del pequeño.
Cada día Efraín tiene que caminar seis kilómetros para llegar a la escuela N° 239, Pedro Inchauspe. Da igual que llueva, haga frío o calor, todos los días emprende el mismo camino acompañado de su abuelo. Su madre se fue del pueblo en el que viven y ahora tanto él como su hermana Celeste viven con su abuelo de 70 años y su abuela.
En su casa no tienen televisión, ni mucho menos móvil o ordenador. Efraín forma parte de la comunidad aborigen de los Qom que hay en el territorio de El Chaco. Cuando hace unos días recibió el diploma de manos de su profesor ni él ni su abuelo pudieron esconder su emoción .
Con el mismo gesto, cubriéndose las lágrimas con las manos nieto y abuelo rompieron a llorar de la emoción tras tanto esfuerzo invertido. La imagen la capto el periodista Javier Álvarez, familiar de uno de los docentes del centro.
La fotografía no tardó en viralizarse y desde ese momento comenzaron a llover los gestos de solidaridad. Según recogen declaraciones a diariopopular.com y a clarin.com desde todas partes del país empezaron a llegar donaciones de ropa, útiles y bicicletas.
Para el año que viene Efraín comenzará la secundaria y la distancia que ha de recorrer aumenta hasta los siete kilómetros. Los docentes de su escuela hacen un llamamiento para recordar que hay más casos en la misma situación que Efraín Delgado.
"Le habían lavado el cerebro"
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El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.