laSexta ha tenido acceso
a la declaración ante la jueza de Carlota, la concursante de Gran Hermano víctima de un presunto abuso sexual en el concurso. Preguntada por la 'súper' que en el momento de los hechos estaba de guardia, asegura entre lágrimas que
no es capaz de entender su actitud.
"No sé qué puedo tener
hacia esa persona porque ella fue quien estaba ahí y no entiendo cómo una mujer
puede ver lo que estaba viendo y no hacer nada", relata la joven, que confiesa
que al principio se negó a "denunciar" porque "estaba devastada": "Me daba
vergüenza y mi padre no estaba en España".
Ella, destrozada al
rememorar los hechos, asegura que, después de la escena en el confesionario donde la obligaron a visualizar el vídeo del presunto abuso sexual, la llevaron
a un hotel "unos días" para que la vieran "psicólogos".
Es en ese hospedaje
donde Carlota recibió otro duro golpe y es que la persona que la acompañó en esa
estancia era la 'súper' que estaba de guardia durante el presunto abuso sexual: "Me pusieron de niñera a la 'súper' que se supone que podría haber evitado
todo. Fíjese que grado de humanidad tiene esa gente".
"Lo que sí sé seguro es
que estuve cuatro días secuestrada en un hotel. Esta mujer dormía al lado mía y
me quitaba el mando de la televisión y ni teléfono, ni nada. Tratándome como si
yo estuviese pirada o fuese a cometer una locura", apuntó Carlota.
En su relato, ella
también explicó lo que recuerda de la noche en la que sucedieron los hechos: "Yo me encontraba muy mal, en estado de embriaguez absoluto, rozando el coma
etílico porque estaba inconsciente".
"Recuerdo encontrarme
con él en la habitación, no recuerdo cómo llegamos. Recuerdo en la cama yo
tumbándome. El quería mantener relaciones y yo no. Me estaba agobiando, me
moría de calor", explica la concursante.
Después de ese momento,
revela un detalle que demostraría que la 'súper' de guardia, efectivamente, sí
estaba pendiente de lo que sucedía en la habitación: "El 'súper' me dijo que me
colocase bien el micro y es lo último que recuerdo".
Preguntada sobre qué
pasó tras recobrar la consciencia, Carlota se visualiza "vomitando". "Él me
lleva hacia el baño y no estoy andando recta, estoy andando agachada. El tema
es que yo veo cómo llevo unos pantalones de él y veo cómo se cae mi ropa
interior de un lado. Literalmente noté cómo se caía algo al suelo y me dio
mucha vergüenza", sentencia.
Además, señala que al
día siguiente tuvo una "relación sexual consentida" con el presunto agresor ya
que éste le dijo que la noche anterior "no había pasado nada" porque ella se "había quedado K.O.". "Me dijo que me cuidó", revela entre sollozos.
Los responsables del
programa no actuaron hasta el día siguiente, cuando llamaron a Carlota al confesionario para obligarla a ver el vídeo del presunto abuso sexual. Ella
estaba presa del pánico y lloraba desconsolada pidiendo que retiraran las
imágenes mientras el 'súper' le pidió que guardara silencio sobre lo ocurrido.
No fue hasta las 20:00
horas cuando se pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil. La jueza del caso considera que "existen motivos suficientes" para dar
por finalizada la instrucción al ver indicios de un delito de abuso sexual.
En la misma declaración,
Carlota también denunció "un linchamiento recibido de toda España": "He tenido
que mudarme porque la gente no cree… han llegado a amenazarme, que soy una
escoria humana… que me he vendido a Telecinco".
Así fue el presunto abuso sexual
Todo ocurrió la noche del 3 de noviembre de 2017. Los concursantes de Gran Hermano 18 celebraban una
fiesta con alcohol y Carlota empezó a encontrarse mal tras beber varios
chupitos. José María, con quien la joven había iniciado una relación en el
reality show, la acompañó a la habitación.
Tras pedir a varios
compañeros que se marcharan de la estancia para no molestar a la joven, José
María intentó presuntamente aprovecharse de ella, que estaba inconsciente.
Según reveló la propia
Carlota, en las imágenes del presunto abuso también se observa cómo la joven
intenta parar a José María diciéndole 'no puedo' y haciendo varios gestos de
desaprobación. A pesar de ello, el acusado no cesó en sus actos.
De hecho, en el audio
del vídeo donde ella es obligada a ver las imágenes en el confesionario se
puede escuchar, a duras penas, un "mírame" del presunto agresor o un
"quítate eso". También el "no" de Carlota en repetidas veces.