La mujer que insultó a dos chicas lesbianas en el metro de Barcelona, simplemente porque se estaban besando, ha intentado justificar el ataque lesbófobo con argumentos que destilan homofobia. Lo ha hecho en un vídeo enviado al periódico 'La Vanguardia', en el que niega que sea homófoba argumentando que tiene un hermano homosexual.
"No me quejé simplemente por un beso, me quejé porque se estaban morreando allí, había niños delante y yo simplemente les dije que tuvieran respeto porque era muy feo", asegura esta mujer en el vídeo, para a continuación añadir que "para esas cosas te vas a un hotel".
"Yo tengo un hermano [gay] y es que él no lo hace por respeto", asegura, "yo no soy homófoba". La mujer, que también les gritó a las chicas "¡encima, catalanas!", niega que sea racista utilizando el mismo argumento: porque, dice, su marido y su hija son catalanes. "De racista no tengo nada, pero es que ya me enchufé de una manera...", afirma.
Además, justifica que se dirigió a la pareja al grito de "¡mariconas!", porque, según ella, es una expresión cariñosa que utiliza con las personas homosexuales de su entorno. "Le dije 'maricona' porque yo de cariño se lo digo a mi hermano y a todos los gays que conozco, que son muchos... es más, tengo una prima", afirma. "A mí no me sale decir 'lesbiana' porque es que apenas me acuerdo de la palabra", añade.
Pese a que, según ella, la situación le hubiera molestado igual si la pareja en cuestión hubiera sido heterosexual, en otro momento del vídeo asegura que el problema es que, por ser lesbianas, "no les puedes decir nada". "Yo si digo algo a ellos, a las lesbianas, a los gays, pasa algo, pero si ellos me dicen a mí algo no pasa nada".
"Luego me empezó a grabar y ahí es cuando me harté", asegura la agresora verbal, en alusión a que una de las chicas a las que insultó grabó el ataque con su móvil, como puedes ver en el vídeo que acompaña estas líneas. "Si fuera al revés, ¿qué hubiera pasado?", arremete.
"Yo sé que me pasé con lo que le dije", admite en un momento dado, aunque no llega a retractarse de sus palabras.