Enfermos de cáncer, hepatitis o artritis tendrán que asumir el copago en sus medicinas. Hasta ahora, los medicamentos para tratar estas enfermedades crónicas se encontraban subvencionados. Ainara Díez, de 30 años y enferma crónica de artritis, no paga ni un euro por sus medicinas de dispensación hospitalaria, en Basurto.

Pero, si así lo deciden en el País Vasco, a partir del 1 de octubre tendrá que abonar el 10% de las que le cuestan menos de 4,20 euros si el precio de los medicamentos supera esta cantidad.

Serán las comunidades autónomas las que decidan si aplican esta medida que ha salido este jueves publicada en el Boletín Oficial del Estado. "Se modifican las condiciones de financiación pública de los medicamentos (...) consistentes en limitar su dispensación a los pacientes no hospitalizados en los servicios de farmacia de los hospitales".

Muy pendiente del precio de los medicamentos también está Gloria, en Barcelona. Teme que a partir del mes que viene, no pueda pagar las inyecciones que su padre, enfermo crónico de corazón, necesita para vivir. "A no ser que quieran que la gente vaya falleciendo para ahorrar", lamenta Gloria.

Sanidad asegura que hace meses que se anunció esta medida, que aun así ha pillado a los enfermos por sorpresa. Se trata de medicamentos que con recetas privadas se pueden adquirir en las farmacias, pero que la sanidad pública vende solo en los centros hospitalarios.

Dicen que aprueban esta medida, de aportación reducida a unos 160 medicamentos, para que, al final el paciente no tenga que pagar aún más de su bolsillo.

Pero la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública critica que se aplique esta medida para enfermos de cáncer hepatitis C y una larga lista de enfermedades, porque se trata de enfermos que ya consumen otros medicamentos sometidos a copagos y que en muchos casos se trata de personas con ingresos muy reducidos. Aseguran que la medida impide las medicinas a la población con menos ingresos.