Un hombre ha sido detenido por presuntamente propinar una brutal paliza con un bastón modificado con gruesas puntas metálicas en la esfera a un joven de 25 años, que perdió el conocimiento, sufrió contusiones graves y tuvo que ser operado de urgencia, en un suceso ocurrido el pasado mes de octubre en Monforte del Cid, Alicante.

Según los testigos de la agresión, no existía un motivo aparente, ni hubo ninguna discusión previa entre el autor y la víctima de la paliza, que se produjo a plena luz del día, de acuerdo con la Guardia Civil.

El ahora detenido es un hombre de 37 años con numerosos antecedentes que fue arrestado el pasado 24 de octubre en Novelda, y a quien se le intervino el arma con la que habría infligido la paliza al joven, que se recupera de las lesiones.

En concreto, se trata de "un bastón de madera de grandes dimensiones, modificado artesanalmente" y "con alto poder lesivo". "En uno de sus extremos posee una esfera de madera de unos 10 centímetros de diámetro, atravesada por gruesas puntas metálicas que sobresalen 5 centímetros por todo alrededor de la esfera", según reza un comunicado del Instituto Armado citado por Efe.

Los hechos sucedieron el pasado 12 de octubre a plena luz del día y ante testigos. A consecuencia de la paliza, la víctima sufrió numerosas contusiones de gravedad y la rotura del brazo con el que intentaba protegerse de los golpes que el otro le infligía en la cabeza. Aunque la víctima sabía el nombre de pila de su agresor y lo describió físicamente, no pudo aportar muchos más datos porque no se conocían.

El detenido, al que se le imputa un delito de lesiones graves, con ensañamiento y uso de objeto contundente, ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Novelda, que ha decretado su puesta en libertad con medidas cautelares y le ha impuesto una orden de protección sobre la víctima, que le prohíbe acercarse a menos de 300 metros.

14 rifles tácticos requisados

Desarticulan en Málaga y Granada un entramado que vendía armas a narcotraficantes: hay 16 detenidos

Los grupos criminales adquirían las armas a través de testaferros con licencia y las desviaban al mercado negro, donde las adquirían organizaciones de narcotráfico por un precio que triplicaba el del mercado legal.