Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una banda que robaba coches en Cataluña y que, tras modificar su matrícula, número de bastidor y otros elementos electrónicos que permitieran identificarlos, los vendía a terceros, en su mayoría en el norte de África y en el centro de Europa.

La Policía catalana ha informado de que ha detenido a cuatro presuntos miembros de la banda, ha citado a otro como investigado, ha dictado una orden internacional de detención para un quinto y ha recuperado 13 de los 20 vehículos que presuntamente robó el grupo.

Los Mossos sostienen que la red estaba formada por nueve personas: los seis detenidos o identificados en Cataluña, todos ellos ciudadanos búlgaros de entre 28 y 54 años que se ocupaban del robo de los vehículos, y otras tres personas, dos búlgaras y una rusa, que residen fuera de España y que se encargaban de transportar los coches hasta sus nuevos propietarios.

La investigación se inició a mediados de 2017, tras constatar un aumento de los robos de vehículos de una determinada marca y modelo, que hicieron sospechar de la actuación de una banda con un alto grado de especialización.

La detención a principios de 2018 de dos ciudadanos búlgaros en Austria, cuando intentaban trasladar dos vehículos robados en Cataluña, impulsó la investigación, que finalmente determinó que seis de ellos residían en las ciudades catalanas de Barcelona, Santa Coloma de Gramenet y Rubí.

La banda usaba siempre el mismo método para cometer los robos: a última hora de la noche buscaban por diferentes localidades los coches que les interesaban, manipulaban las cerraduras y el sistema eléctrico para poder llevárselos y los dejaban aparcados en la calle, en sitios discretos, para comprobar si la policía los detectaba.

Después, cambiaban las matrículas por otras de coches no robados de la misma marca y modelo para que no pudieran ser identificados como robados y escondían los vehículos en aparcamientos alquilados cerca de sus domicilio o en parkings públicos de Barcelona.

Desde ahí, los trasladaban a un taller de Parets del Vallès (Barcelona) donde trabajaban dos de los detenidos y en el que, los fines de semana y sin el conocimiento del propietario, los dos arrestados cambiaban el número de bastidor, tanto el grabado en el chasis como el electrónico.

Una vez concluido este proceso falsificaban la documentación del vehículo y lo volvían a esconder, ya con una 'identidad' completamente falsa, a la espera de su traslado para su venta a otras zonas de España, al norte de África o al centro de Europa.

El pasado día 30 de abril se practicaron las detenciones y se llevaron a cabo cuatro registros en domicilios de Santa Coloma de Gramenet, Ripollet y Parets del Vallès, donde los Mossos encontraron aparatos electrónicos para manipular el sistema electrónico de los vehículos, configurar nuevas llaves, así como inhibidores de frecuencia, herramientas para forzar cerraduras y matrículas falsas de Suecia, Bélgica y Rusia.

Ese mismo día se recuperaron cinco vehículos robados en Cataluña, que se suman a los otros ocho que se habían ido recuperando a lo largo de la investigación. El titular del juzgado de instrucción número cinco de Rubí, que investiga el caso, decretó el pasado día 2 el ingreso en prisión de tres de los detenidos y la libertad con cargos para el cuarto.