Un vecino graba desde su casa cómo ha quedado la ladera cuando sin previo aviso parte la montaña se viene abajo y tan solo unos segundos después vuelve a escucharse otro desprendimiento. Por culpa de estos corrimientos, unas 50 familias han tenido que ser desalojadas.

Desde hace casi una semana viven con miedo porque días tras día, la ladera ha ido cediendo hasta que el Ayuntamiento cortó el paso y decidió que todas las familias abandonaran sus casas durante un mínimo de 15 días.

El Ayuntamiento necesita ese plazo para realizar un estudio geológico y ver el estado real de la ladera. "Los geólogos están trabajando todo el día y están mirando a ver si se estabiliza para ver cómo actuamos", explica Zunbeltz Bedialauneta, alcalde de Ondarroa.

Este miércoles se han acercado a sus casas muchos vecinos y han comprobado cómo las piedras siguen cayendo. Les preocupa que el desalojo se alargue demasiado tiempo, de momento la mayoría de las familias han decidido quedarse en casas de familiares.