Hace 30 años, Sonia dormía en el parque de la Ciudadella de Barcelona cuando seis neonazis la mataron a golpes. Los hechos ocurrieron el 6 de octubre de 1991.
Los seis radicales la patearon con sus botas de hierro, clavándole en el pecho el palo de una escoba. Cuando esto ocurrió, Sonia tenía 34 años. Los asesinos la dejaron muerta en el suelo, apaleando también a su amiga, otra mujer transexual.
De camino a un bar donde acabaron la noche dejaron ciego a Miguel, un hombre sin hogar que dormía cerca. El juicio por lo sucedido se celebró tres años después. Los acusados fueron condenados a 310 años de cárcel, pero el Tribunal Supremo rebajó las penas a la mitad. Quedaron en libertad sin ni siquiera arrepentirse.
Pero el asesinato de Sonia lo cambió todo en la Barcleona de los 90. En laSexta hablamos con Tina, que lleva cinco años homenajeando a Sonia, reuniéndose cada 6 de octubre en el lugar donde murió para dejar flores sobre su placa. Hoy, 30 años después del asesinato de Sonia, le preocupa el aumento de agresiones a personas trans.
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Porque la sociedad ha cambiado desde aquel crimen, pero en el último año las agresiones a personas transexuales han aumentado un 25% respecto año anterior.
Con algún 'pero'
La Justicia ratifica que llamar "gilipollas" a un jefe no es motivo de despido
Así lo ha ratificado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Eso sí, enfatiza que el insulto debe ser "concreto y aislado" en un contexto determinado, como el caso de un empleado al que le pidieron que se quedara a una reunión al terminar su turno.