La Audiencia de Las Palmas ha condenado a 22 años y medio de cárcel por asesinato al hombre que mató en Gran Canaria a patadas a su pareja, una ciudadana británica a la que dejó "literalmente machacada", resalta la sentencia.

Durante el juicio, el procesado, Ángel P.R., de 64 años, trató de alegar que él nunca quiso matar a su pareja, Jayne M.E., sino que discutió con ella, se pelearon y el cayó de rodillas encima de su cuerpo, lo que pudo ocasionarle las lesiones que presentaba, según su versión.

Sin embargo, el jurado dictaminó que hay suficientes pruebas de que no fue eso lo que pasó, sino que Ángel P.R. arremetió contra su pareja en su propia casa de una forma que esta no podía esperarse y contra la que no pudo defenderse (agravante de alevosía).

El veredicto remarcaba que el procesado propinó múltiples patadas a su pareja por todo el cuerpo mientras estaba tendida en el suelo, con el propósito no solo de matarla, sino también de "aumentar de forma consciente y deliberada el padecimiento que estaba experimentando" (ensañamiento).

El procesado dio tal paliza a su compañera, que le fracturó el esternón y casi todas las costillas y le rompió un órgano vital interno, el páncreas, unas lesiones que la cirujana que la operó de urgencia en el hospital describió como "el politraumatismo más severo" que había visto a lo largo de toda su carrera.

La sentencia corrobora que procede aplicar al Ángel P.R. las dos agravantes descritas por el jurado en su veredicto, porque considera que no solo buscaba matar a su pareja, sino ocasionarle el mayor dolor posible, y que la víctima no podía esperarse un ataque así en su casa. Jayne M.E., dice la Audiencia, "fue literalmente machacada en toda la zona torácica y en la zona abdominal y eso solo puede tener sentido si lo que buscaba el acusado, más allá de la muerte de la víctima que estaba en el suelo cuando la pateaba y pisaba, era causarle un dolor físico que además ha sido considerado especialmente grande por los médicos".

La mujer falleció al mes de la paliza como consecuencia de las heridas que sufrió por la misma. El fallo, contra el que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, condena además a Ángel P.R. a indemnizar a los hijos de la víctima con 150.000 euros.