La sección quinta de la
Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un joven a la pena de 15 años
de prisión por dejar ciego a un taxista durante un forcejeo entre ambos en la
localidad valenciana de Ontinyent en marzo de 2015. Previamente se había
iniciado entre ellos una discusión por el importe de la carrera.
El joven, de 19 años en
el momento de los hechos, se enfrentaba a una pena de 13 años de cárcel por un
delito de lesiones agravadas y otro de robo con violencia, según reclamaba el
ministerio fiscal, mientras que la acusación particular, representada por el
abogado Juan Carlos Navarro, elevaba la pena a 16 años por la circunstancia
agravante de alevosía. La defensa pedía la absolución al negar los hechos y
alegar legítima defensa.
El tribunal, tras la
prueba de juicio, ha acordado condenarle a 15 años de cárcel, sin apreciar la
alevosía, y que abone en concepto de responsabilidad civil la cantidad que se
determine en ejecución de sentencia, hasta un máximo de 747.350 euros.
El fatal desenlace se
produjo en la madrugada del 19 de marzo de 2015, cuando el condenado solicitó
los servicios del taxista en València para dirigirse hasta Ontinyent. Le
preguntó si le llevaría hasta el municipio por 30 euros, pero el taxista le
dijo que no, que pondría el taxímetro y lo que marcara, a lo que el joven
accedió.
Así, comenzó la carrera,
mientras el condenado estaba sentado en el asiento del copiloto, y antes de
llegar al destino, le pidió que parase, en concreto, en un polígono industrial.
El condenado se
desabrochó el cinturón cuando el taxista iba a detenerse, y éste lo agarró del
brazo a fin de que le pagara el transporte. Comenzó una discusión entre ambos
sobre el importe de la carrera, en el curso de la cual el condenado desconectó
las llaves del vehículo y se abalanzó sobre la víctima, que seguía con el
cinturón puesto.
Seguidamente colocó sus
rodillas sobre el pecho del taxista y los pies sobre el salpicadero, y le metió fuertemente los dedos en los ojos, hasta que la víctima pudo apartarle la mano al morderle el dedo. Se lo quitó de encima, salió del vehículo, y el condenado
le siguió, le golpeó por todo el cuerpo y le volvió a presionar los ojos con
las manos. Luego lo empujó hasta que cayó a la cuneta.
A continuación, el joven
se introdujo en el taxi y se apropió de la mochila de la víctima que se
encontraba debajo del asiento del conductor, la cual contenía 140 euros,
diversa documentación y un datáfono, todo ello valorado en 362 euros y que fue
posteriormente recuperado.
Como consecuencia de la
agresión, el taxista, que en ese momento tenía 54 años, sufrió estallido de
globo ocular izquierdo y heridas conjuntivales asociadas en el ojo derecho.
Acabó perdiendo la visión de ambos ojos y se le reconoció el grado de gran
inválido por resolución del INSS en abril de 2019.
El tribunal, tras
estudiar la prueba, estima que la declaración del joven, "claramente
exculpatoria y acomodada a sus intereses", es "objetivamente
contraria a la realidad de lo acontecido".