Apps que refrescan

¿Cómo sobrevivir al calor con un móvil en la mano?

Los detalles En plena ola de calor, el móvil se vuelve una navaja suiza: con apps que te avisan cuándo hidratarte, qué playa elegir, cuándo protegerte del sol y cómo está la marea.

España es uno de los países con más riesgo de aumento de muertes por calorEspaña es uno de los países con más riesgo de aumento de muertes por calorSinc

Sobrevivir al calor ya no es solo una cuestión de resistencia física. Es casi una operación comando. Desde abril empezamos a mentalizarnos. Buscamos ventiladores con más potencia que un reactor nuclear, revisamos que las persianas bajen bien, que las cortinas sean opacas y que el aire acondicionado no entre en huelga. Incluso planeamos pequeñas fugas estratégicas: una escapada exprés al norte, una casa rural con sombra, una playa sin hordas.

Pero a veces olvidamos que llevamos en el bolsillo un arma secreta contra la ola de calor: el teléfono móvil. Ese rectángulo que usamos para ver memes, pedir comida o discutir en WhatsApp —y que, como nosotros, también se recalienta— puede convertirse en una auténtica navaja suiza. Dentro esconde aplicaciones que nos recuerdan cuándo beber agua, nos indican dónde encontrar fuentes, qué playa elegir o cuánta protección solar necesitamos. Un pequeño oasis digital que, con un poco de batería y algo de cobertura, puede salvarnos el día.

Lo primero, lo básico, lo de siempre: hidratarse. Estés en la ciudad con el asfalto en modo sartén o en la playa tostándote como un langostino, beber agua es clave. Y como a veces ni eso hacemos sin ayuda, existen apps como Water Reminder o Aqua Alert, que te envían alertas y notificaciones para recordarte que es hora de beber, calculando la cantidad adecuada según tu peso, nivel de actividad física y el clima.

¿Y si te suena la alerta y tu botella está vacía? También hay solución: Closca Water es un mapa global de fuentes de agua potable donde puedes rellenarla gratis. Además, el paseo hasta una de ellas puede llevarte a descubrir rincones inesperados de la ciudad. Y si tienes un negocio, puedes unirte a la red como punto de recarga: ofreces agua, ganas visibilidad y, de paso, atraes posibles clientes.

Para los playeros indecisos, que llegan al litoral con cinco toallas y cero información, existe iPlaya. El Google Maps de las costas. Más de 8.000 playas con datos útiles: temperatura del agua, bandera del día, si hay olas, si se admiten perros, si la playa es libre de humo, si necesitas escarpines para la playa y hasta la accesibilidad. Además de fotos, opiniones y predicciones del tiempo.

Si tu idea del verano incluye actividades al aire libre —como surf, paddle, navegar o simplemente plantar la sombrilla sin que salga volando—, Windfinder es otra app imprescindible. Muestra en tiempo real el estado del viento, las mareas y el oleaje. Muchos usuarios la califican como "la más fiable en cuanto a previsión".

Y ya que hablamos de salud en verano, no solo hay que protegerse del calor, sino también del sol. Aquí entran en juego apps como UVLens o UV Index Now, que muestran el índice de radiación ultravioleta (UV) en tu ubicación y te indican qué protección necesitas, qué elementos deberías usar (gafas, gorro, protector solar), en qué horarios es más seguro estar al aire libre y cuánto tiempo podés exponerte sin dañar la piel. Para algunos usuarios, estas apps son un antes y un después. Así lo resumía Nerea90 en su reseña: "Me quemaba siempre, aunque me echara factor 50 y tuviera cuidado. Con esta app recibo una notificación cuando toca reaplicar la crema... y no me he vuelto a quemar".

Entre tanta hidratación, cervezas al sol y cócteles al atardecer, conviene tener claro dónde está el baño más cercano. Para eso existe Toilet Finder, una app que localiza más de 150.000 baños públicos en todo el mundo. Estés donde estés, podés encontrar uno rápido y evitar dramas innecesarios.

Y luego están esas otras apps, menos imprescindibles pero igual de curiosas y útiles para quienes el calor no los deja pegar un ojo, como las que imitan el sonido de un ventilador. No enfrían, no mueven el aire, pero su zumbido puede ser más eficaz que contar ovejas en una noche de bochorno. Ofrecen modo oscilante, brisa suave, ráfagas… una simulación sonora que engaña al cerebro y le susurra: "tranquilo, algo se mueve". Porque ya ni el canto de los grillos nos calma. Ahora necesitamos incluso el sonido ficticio de un ventilador para dormir. Aunque sepamos que es solo eso: un sonido.