El doctor en Psicología y Filosofía por Harvard Tal Ben-Shahar sostiene que aumentar los niveles de felicidad entre los alumnos mejora su rendimiento académico, y aboga por practicar en el aula técnicas que conduzcan al bienestar como se enseñan matemáticas y lengua. A su juicio, existen factores que impactan en la felicidad de forma claramente negativa, pero también que son capaces de incrementarla.
En una entrevista con EFE, el profesor estadounidense israelí ha explicado que el aumento de los niveles de felicidad ayuda a que los alumnos se vuelvan más creativos e innovadores; mejora funciones cognitivas como la memoria e incrementa su motivación y compromiso. "Como resultado de estos beneficios, vemos que las calificaciones también mejoran. Además, cuando aumentamos los niveles de felicidad, vemos que las relaciones mejoran significativamente. El ambiente escolar se vuelve más agradable y acogedor", añade Ben-Shahar.
P - ¿De qué modo ha afectado la pandemia en la comunidad educativa?
R- Desafortunadamente ha impactado. La situación de la salud mental dentro de la comunidad educativa no era buena antes de la pandemia: la depresión, la ansiedad y las tasas de suicidio habían aumentado significativamente durante la última década", relata.
Las razones de estas tendencias preocupantes se han asociado con la tecnología, cuya adicción ha hecho que los jóvenes se vuelvan más sedentarios, menos sociales y más distraídos. Durante el año pasado esto ha empeorado, ya que muchos sufrieron la cuarentena y se han visto obligados a usar aún más tecnología.
P - ¿Qué es la felicidad para usted? ¿Cómo se puede alcanzar?
R - La definición que encontré más útil se basa en las palabras de Helen Keller: 'La única definición de felicidad es plenitud'. Inspirado por Keller, describo la felicidad como la experiencia del bienestar integral de la persona. Cinco elementos lo constituyen: bienestar espiritual, físico, intelectual, relacional y emocional.
P - ¿Existen parámetros objetivos que permiten medir la felicidad?
R - Sí. Podemos medir absolutamente la felicidad, a través de cuestionarios, medidas fisiológicas o escáneres cerebrales. La clave para aumentar la FNS se centra en la educación. Así como todas las escuelas enseñan matemáticas y escritura, todas las escuelas deben enseñar a los estudiantes técnicas para mejorar su bienestar.
P - ¿Cree que hay resistencia/reticencias a aceptar e implementar la "ciencia de la felicidad" en la escuela?
R - Sí, y me entristece. El profesor Martin Seligman, considerado el fundador del movimiento de Psicología Positiva, comienza sus presentaciones sobre educación con dos preguntas: como padre, ¿qué es lo que desearía para sus hijos? y ¿Qué aprenden los niños en la escuela? Los resultados ilustran que hay muy poca superposición entre lo que enseñan las escuelas y lo que queremos que los niños aprendan.
A la primera pregunta, la mayoría enumera la felicidad, la bondad, la salud, las relaciones amorosas, la resiliencia, la satisfacción, la confianza, etc. La segunda pregunta genera una lista que incluye cosas como logros, matemáticas, conformidad, éxito, habilidades de pensamiento, disciplina etc.
Si bien es importante que las escuelas enseñen lo que está en la segunda lista, ¿por qué ignoran casi por completo la segunda? Sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que si tienes estudios de felicidad en la escuela, los alumnos terminarán haciendo un mejor trabajo académico.
P - ¿Qué recomendaría a los alumnos para sentirse mejor y gestionar sus emociones y estrés?
R- Primero, date permiso para ser humano. Cuando aceptamos las emociones, como el miedo, la envidia o la tristeza, como algo natural, es más probable que las superemos. Rechazar las emociones, placenteras o dolorosas, conduce a la frustración y la infelicidad.
La paradoja es que cuando aceptamos nuestros sentimientos, cuando nos damos permiso para ser humanos y experimentar emociones dolorosas, es más probable que nos abramos a emociones placenteras. Lo segundo es participar en actividades que sean a la vez importantes y agradables.
Las investigaciones muestran que una o dos horas de una experiencia placentera y significativa pueden afectar la calidad de un día entero, o incluso de una semana entera. También es importante simplificar: comprometemos nuestra felicidad al intentar hacer demasiado. Saber cuándo decir "no" a los demás a menudo significa decirnos "sí" a nosotros mismos.
Según el profesor estadounidense israelí, otras cuestiones que deben incorporarse al día a día son recordar la conexión cuerpo-mente; expresar gratitud -apreciar las cosas buenas de la vida- y priorizar las relaciones: "El predictor número uno de la felicidad es el tiempo que pasamos con las personas que nos importan y que se preocupan por nosotros".