Esta es la letra que ha conquistado a más de 6.000 personas en las redes sociales:
"Hoy me confieso sabiendo que habrá gente que no entienda.
Hoy me confieso que no soy una monja ni estoy muerta.
Porque llega el jueves y voy sonriéndole al fin de semana
Un chaleco mono, los labios rojos y una minifalda.
Dejo atrás el uniforme
y despertar de madrugada.
Si es por trabajar a nadie le importa
que salga de noche y en falda corta.
Pero si me arreglo para ir de fiesta,
para ir de fiesta soy una golfa.
Dos me tomé dos copas después del cine,
cena con amigos y luego fuimos a bailar,
bailar y no paré de reírme.
No, no soy yo quien merece que me condenen,
me encierren y me vigilen.
Yo se lo firmo, si usted lo pide,
no necesita más detectives.
Que aquel día pensaba que me moría
y después de esquivar las cornadas de aquella manada,
salgo y celebro cada semana
que sigo viva".
Otro gasto más
La denuncia de los trabajadores sobre las cenas de Navidad: tan solo un 15% las pagan las empresas
Las cenas de empresa ya no son lo que eran. Los trabajadores se quejan de que estos eventos tienen precio de oro y que ya no los paga la empresa, sino que el dinero sale de su propio bolsillo.