Pintadas nazis, contenedores quemados e intentos de hacer lo mismo con la bandera municipal. Esta es la vida de Castrillo de Mota de Judíos (Burgos) desde que en el año 2015 abandonaran su anterior nombre: Castrillo Matajudíos. Desde entonces, hace ya siete años, se han sucedido los ataques antisemitas contra la localidad.
"Tengo muy claro que conmigo no nos van a hacer arrodillarnos", dice tajante el alcalde, Lorenzo Rodríguez, en declaraciones a laSexta. Lo dice después de que una vecina, Carmen, evitara una tragedia. "Estuvimos allí con unos calderos apagándolo, con cubos de agua", explica. El incendio que tuvieron que exterminar: el de los contenedores municipales.
Desde el cambio de nombre en 2015 por referéndum, los vecinos de Castrillo de Mota de Judíos se las ven y se las desean por los ataques nazis. El original era "Castril de Judíos", pero alrededor del siglo XVI se modificó en plena persecución judía, según explica la historiadora del arte Virginia Rodríguez. Y así pasó a ser Castrillo Matajudíos.
Su nombre antisemita fue cambiado, pero no fue del agrado de algunos. Según explica Rodríguez, se ha identificado a algunos de los presuntos autores del ataque, neonazis de una asociación madrileña. El nuevo ataque coincide con la mudanza de una familia judía al pueblo, familia que se encuentra "aterrada".
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Sin embargo, los vecinos no se asustan: "Son ellos los que tendríanq ue tener miedo", alega una vecina. Porque, pese a todo, este pueblo sigue luchando por la integración de la comunidad judía en España.
Con algún 'pero'
La Justicia ratifica que llamar "gilipollas" a un jefe no es motivo de despido
Así lo ha ratificado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Eso sí, enfatiza que el insulto debe ser "concreto y aislado" en un contexto determinado, como el caso de un empleado al que le pidieron que se quedara a una reunión al terminar su turno.